¡Mira
mis manos!
Son fuertes, seguras y saben de callos. Palpitan sólo cuando voy a su lado.
Se
parecen a las del cirujano, obran con premura, cuando se es necesario.
Diría,
que ellas hablan y pueden medir el gesto de las personas que cruza.
Míralas,
casi se deformaron por el esfuerzo, ya que les gusta lo que hacen.
Son sensibles y sé confiar en ellas, si me lo exigen. A veces lloran, a veces.
Se
creen las del músico, que juegan movimientos extraños, al dar melodía.
Dóciles,
se coordinan con todo mi cuerpo para alcanzar los mejores logros.
Míralas,
ellas parecen sucias mas es el color de mi oficio, que tanto valoro.
Son abrigadas, ya que en los días fríos se miman. A veces, secan lágrimas.
Se
sienten las del que golpea piedras en la mina. Sabedoras y entrenadas.
Duramente
negocian con gracia el trabajo, cada día. Zarandean escobas.
Míralas,
cuando rezo se juntan. Se ven transparentes, elegantes y con luz.
Son
recias al cargar el balde, los trapos y cepillos. Suaves al frotar el vidrio.
Se
ven magníficas, al dejarse trajinar por los brazos, al friccionar
los pisos.
Dignas,
aguantan el dolor de la espalda, cuando la tarea es mucha. Lloran.
Mira
mis manos como trabajan, que alegres. El salario, no es tan
sensible.
Míralas,
que no tiemblen tus ojos. Ellas se hicieron de sacrificio y esfuerzo.
Son
mucho de lo que tengo y que feliz me hacen.
Bendícelas,
que también son parte de tu alegría.
¡Mira mis manos!
Dibujos
Dibujo, con la mano en el aire, tu estatura.
Hago vahos y en las gotitas que se disipan
cara a la soledad, puedo imaginar tus ojos.
Hincho mi pecho y cuando mi alma aflora
sobre la piel, te aprieto y en ello, me nutro.
Respiro y en ese perfume, antiguo a flores,
te recuerdo en el auto, tibios bajo el árbol.
El murmullo lejano, de los ecos que flotan,
baten mi recuerdo, y camino en el pasillo,
con la certeza de encontrarte en mi mente.
Rozo, con mi mano la pared, para saberte
cerca, en las lejanías de nuestros cuerpos.
Y todo esto solamente, porque hoy no veo.
Dibujo un sabor intenso, cuando sueño tu
sueño. Hojas indecentes, delinean formas
circulares en el espacio, cuando te pienso.
Una sonrisa, viste a la memoria y aquella
música, sube vibraciones en la cristalina
nada, que me asedia. Te busco en mi vida
que te recuerda y en el silencio te nombra.
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